Olaf Taerg es un novelista escandinavo que -dado el
cargo diplomático de su padre- se instala en Caracas desde 1969 y hasta 1999.
Sus condiscípulos del Colegio Francia casi ni se acuerdan de él y no se ha
podido encontrar registro fotográfico alguno. En plena adolescencia, Olaf
pasaba sus tardes en el ya extinto Cinema Bello Campo, donde sobornaba
generosamente al portero para que le permitiese acceder al oscuro anonimato de
aquella sórdida sala de filmes pornográficos que se proyectaban en función
continua. Fue allí, entre jadeos y fluidos de alto octanaje organoléptico,
donde Olaf recibe la epifanía temprana del hedonismo preclaro y lo adopta,
entonces, cual doctrina de fe, fundando, él mismo, su propia feligresía.
