Mis manos temblaban. No me permitieron tocarlas. Sesión museística, arguyeron a capella. Si desacatas, juegas solo. Accedí, preso de mi celo. La protuberancia venosa más próxima al glande latía con taquicardia. Me arañaban, me lamían. Sin palabras, exprésate con onomatopeyas. Ellas maullaban o mugían. Yo gruñía. Me moría de la sed y me permitieron beber de su sexo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario