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“El deseo total es irrepresentable: incluso verbalizarlo lo estropea”

(José Carlos Somoza)

"¿Existen voyeurs más ávidos que los lectores?"

(Jota Haro)

"Me saciarás de gozo en tu presencia"

(Salmo 15)


“Esas microsociedades electivas, eróticas, no ganan nada si son transparentes y se exponen a la opinión pública. Discretas, cuando no secretas, ganan más en eficacia cuando no se arriesgan al juicio moralizante de los que –carentes de coraje, calidad y temperamento, faltos de imaginación y audacia– aspiran a esa diversidad erótica, no la obtienen y, según un principio tan viejo como el mundo, desprecian lo que no pueden ni saben alcanzar. No hay la necesidad de darles la oportunidad de un falso moralismo que oculta un auténtico resentimiento”

(Michel Onfray. LA FUERZA DE EXISTIR)

TOCA EL PICASSO Y VE

sábado, 15 de febrero de 2020

Pornografía home made: Ulrike Lundqvist



“Es en 1947 que se dispara la “micro-industria” de la pornografía doméstica (usemos, entonces, el eufemismo “amateur”), con el advenimiento de las cámaras Polaroid y su patentada “fotografía instantánea” (sic), que se revela directamente –prescindiendo de onerosos laboratorios fotográficos- ante nuestros ojos voyeur. Es así que tiernas amas de casa son retratadas por sus compañeros de coito en poses abyectas, casi acrobáticas, que se mofan de todo el protocolo ortodoxo y victoriano de las “buenas costumbres”. Honrando aquel sabroso refrán, las féminas eran “damas en el salón, chefs en la cocina y talentosas meretrices en el dormitorio” que las cámaras Polaroid iconografiaban, atesorando (en gavetas de recatado acceso) una colección inédita de pornografía de andar por casa. De esta forma se eliminaba al molesto y prescindible “laboratorista fotográfico” que siempre fisgoneaba en (y recopiaba para sí) nuestras intimidades y fetichismos inconfesables… Algo similar aconteció en 1985 con el lanzamiento al mercado narcisista (es decir, exhibicionista y voyeur) de las vídeocámaras Handycam (del gigante industrial Sony). Así se catapultaba el vídeo pornográfico que otrora se apoyaba en el formato “súper-8”. La cópula, entonces, y todos sus precuelas y secuelas, se eternizaban en movimientos sinuosos y lubricantes de nuestros deseos más obscenos. ¡Que levante la mano quien no haya protagonizado (delante o detrás de cámara) algún escarceo pornográfico sin importar la talla o la intensidad del “proyecto”! Las cámaras digitales han sido el Sodoma y Gomorra de este fenómeno lúdico de nuestra genitalidad más festiva y gozosa. Y ahora sí que las “colgamos” en las redes sociales (en diversos grados de “anonimato” o no), proclamando nuestro placer ginecológico a gritos. Estadísticas recientes afirman que cada vez son más los vídeos amateurs subidos a pornhub. Eso sí en HD y haciendo gala del autofocus. ¡Vamos, que han defenestrado a Kubrick y esta misma noche podremos tener una holografía de Tom Cruise y Nicole Kidman retozando con nuestra pareja en nuestra cama o en el mesón de la cocina! Pornografía gourmet a la carta sin gluten para celiacos.”